

La piedra escogida fue la adorada, respetada y querida abuela, para todos los Pemones, conocida como Kueka. La donación violó varias regulaciones que protegen al Parque Nacional Canaima, considerado Patrimonio Natural de la Humanidad por la presencia de los Tepuyes -yacimientos geológicos únicos: formaciones tan antiguas como el mismo planeta. así como representó una agresión a los valores espirituales del pueblo Pemón. Hernández desconoció la normativa propia de la cultura Pemón, realizando esa donación a título personal y emitiendo el permiso para su extracción y traslado sin tomar en cuenta a los indígenas.

Esta roca sagrada para el Pueblo Pemón, actualmente se encuentra en poder del Parque Municipal Tiergarten, de Berlín, Alemania. El gobierno venezolano, de parte de la cancillería y el IPC se encuentra haciendo gestiones para su devolución al lugar de origen.
La otra piedra sustraída de la quebrada de jaspe se encuentra en el paseo Vargas de la Av. Bolívar de Caracas y, al igual de la que se encuentra en Berlín, debe ser regresada a su lugar de origen, tal como lo exige el pueblo Pemón.
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